Cuando nos dan una palabra profética nosotros debemos juzgar esa palabra para asegurarnos que esa palabra viene de Dios. Para saber mas de este punto te recomendamos leer nuestro articulo “Cómo juzgar las palabras proféticas” y “Cómo interpretar una palabra Profética“.
Una vez que ya estas seguro que la palabra profética viene de Dios el paso siguiente para nosotros es aprender como recibir esta palabra. es importante saber cuándo salir del paso y cuándo preparar el camino. Este punto será Ilustrado en la vida de Abraham y Sarah en Génesis 16-21. Dios les dice a ellos que tendrán un hijo, pero los años pasaban y seguían sin tener hijos.
vale la pena detenerse aquí y señalar que Dios a menudo esta en un tiempo diferente al nuestro. De hecho, Él incluso vive fuera del tiempo. Nosotros tenemos un principio y un final, pero Dios no los tiene, Dios vive en la eternidad y Él es capaz de ver el final desde el principio. Cuando Él nos da a nosotros una palabra profética, nosotros no podemos asumir que será cumplida dentro de las próximas 24 horas, por ejemplo, Jesús dijo que volvería pronto, pero han pasado mas de 2000 años y nosotros seguimos esperando. La percepción de un retraso no significa una negación. nuevamente decimos que necesitamos reconocer que cuando recibimos una palabra profética nosotros estamos recibiendo una palabra de una fuente (Dios) que esta fuera del tiempo humano y que vive en la eternidad. Dios nos puede dar una palabra hoy que no se cumpla en décadas.
Este fue definitivamente el caso de Abraham y Sarah. Desafortunadamente ellos decidieron ayudar a Dios para traer a cumplimiento su promesa, donde Abraham se acostó con Hagar la criada de Sarah. Esto resulto que Hagar diera a luz a Ismael el cual persiguió al Isaac el hijo de la promesa por el resto de sus días.
29 Y así como en aquel tiempo el hijo nacido por decisión humana persiguió al hijo nacido por el Espíritu, así también sucede ahora.
Gálatas 4:29 (NVI)
Finalmente, Dios viene dónde Abraham y a Sarah y profetiza sobre ellos que ellos tendrán un hijo en el siguiente año. Sara se ríe y dice “¿Acaso voy a tener este placer, ahora que ya estoy consumida y mi esposo es tan viejo?”. Pero a pesar de las dudas, Isaac nació en el año siguiente. lo sorprendente de recordar aquí es que Isaac no nació a través de la concepción inmaculada, Abraham y Sarah tuvieron que participar en la unión de matrimonio para poder tener a Isaac. En un sentido ellos crearon a Ismael tratando de llevar a cumplimiento la palabra profética por sus propios medios humanos, sin embargo, tuvieron que colaborar con Dios, sumarse al plan que Dios tenia para sus vidas para que Su promesa se hiciera realidad.
Nosotros tenemos que darnos cuenta que Dios raramente hace algo por sí Mismo. Él a menudo requiere que nosotros estemos involucrados con Él para ver nuestros destinos cumplidos. La llave aquí es permitir al Espíritu Santo que nos muestre qué parte Dios desea que nosotros hagamos y qué Parte Dios desea reservarse para hacerla EL mismo. De otra forma si no lo hacemos así crearemos a “Ismael” quien perseguirá a nuestro “Isaac”.
También nosotros necesitamos aprender como recibir un ministerio profético multi-dimensional. En otras palabras, cuando Dios nos habla sobre hacer algo nuevo, Él no necesariamente desea que nosotros paremos de hacer nuestras actividades actuales, usualmente Él quiere agregar a nosotros responsabilidades. Esto este ilustrado en la parábola de los talentos, cuando el mayordomo fue fiel con un poco de talentos el recibió mas, pues habían cuidado con esmero lo que se les había dado. Nosotros necesitamos ser cuidadosos con como aplicamos las palabras proféticas a nuestras vidas por que Dios desea bendecirnos en abundancia.
15 A uno le dio cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro solo mil, a cada uno según su capacidad. Luego se fue de viaje. 16 El que había recibido las cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil. 17 Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. 18 Pero el que había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
19 »Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. 20 El que había recibido las cinco mil monedas llegó con las otras cinco mil. “Señor —dijo—, usted me encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil”. 21 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” 22 Llegó también el que recibió dos mil monedas. “Señor —informó—, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras dos mil”. 23 Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!”
Mateo 25:15-23 (NVI)